El marketing digital se compone de diversas técnicas y herramientas que se complementan para alcanzar un objetivo que, entre muchos otros, es conseguir visibilizar y posicionar una marca. De poco sirve desarrollar esas técnicas, el tiempo empleado y la inversión de capital si no conocemos los resultados que están aportando a nuestra estrategia. Aquí es donde entra la analítica web, un factor clave en el marketing. Los datos que nos proporcionan todas esas acciones desarrolladas en nuestra estrategia digital son medidos mediante diversas herramientas de analítica web. Las métricas resultantes son las que nos van a indicar lo que estamos haciendo bien, los errores y los puntos que debemos modificar.

¿Qué es la analítica web?

La analítica web es un proceso en el que, a través de distintas herramientas de medición, se recopilan, estudian y valoran los datos aportados. Se puede aplicar a cualquier medio digital con el que trabajemos para medir su rendimiento: web, ecommerce, blog, redes sociales, etc. Gracias a este análisis digital, fundamental hoy en día, conseguiremos optimizar y planificar bien nuestra estrategia y obtendremos los datos necesarios para ver su evolución. Además, con estas métricas conoceremos cómo interactúan los usuarios con nuestra marca, sus patrones de comportamiento o sus hábitos de compra.

Factor clave en el marketing digital

Para comenzar, debemos fijar previamente unos objetivos en base a unos datos que nos interesa medir (KPI’s) como visitas a la web, suscriptores, ventas, etc. Después, la analítica nos va a indicar si nuestra estrategia evoluciona correctamente, si estamos siendo realistas con esos objetivos o qué debemos corregir.

¿Por qué la analítica web es un factor clave dentro del marketing digital? Básicamente, porque si no tenemos ese análisis, no vamos a saber si vamos por el buen camino o estamos malgastando tiempo y dinero. Pero hay muchas otras razones por las que la analítica web es fundamental actualmente. ¡Te las contamos!

  • Usabilidad web. La analítica web nos dirá de dónde procede el tráfico de cada página. También, el tiempo de permanencia del usuario en nuestro sitio, las acciones que realiza y, en definitiva, su comportamiento e interacción con nosotros. Esta información nos permitirá optimizar la experiencia de usuario de nuestro sitio web.
  • Tasa conversión. El objetivo puede ser una venta, una suscripción o la descarga de contenido de nuestra web. Independientemente de cuál sea el fin último, esta métrica indicará el porcentaje de usuarios que han realizado alguna de estas acciones.
  • Retorno de inversión (ROI). Conocer este dato es vital para saber la rentabilidad de las acciones en las que estamos invirtiendo, mejorando o cambiando aspectos en los que invertir
  • Canales óptimos. Por último, los resultados del análisis también nos van a indicar cuáles son los canales adecuados para cada acción. Sabremos valiosísimos datos sobre los canales orgánicos como nuestra web o redes sociales, o sobre las campañas publicitarias realizadas. Así, podremos obtener un mayor rendimiento de cada canal orgánico, o segmentar mejor y, por tanto, ahorrar en las campañas de pago.

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